Pertenecientes a la ligera caballería de los ejércitos nacionales y provinciales argentinos de principios del siglo XIX.
Los ejércitos del siglo XIX estaban distribuidos en tres armas: infantería, caballería y artillería. Las técnicas de combate eran muy simples: ataques frontales de infantería apoyada por artillería, mientras la caballería protegía los flancos o intentaba rodear a las fuerzas enemigas.
La caballería era poco numerosa, dado que los criollos desdeñaban la caballería y consideraban a la lanza como un arma indígena. Su uso se veía limitado por la carencia de un entrenamiento adecuado, pero la recluta de milicias se extendería rápidamente entre la población rural del interior, y su prestigio se incrementaría a partir de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, cuerpo de caballería especializado en choques armados a gran velocidad. A partir de ese momento, la superioridad de la caballería patriota se mantuvo durante el resto de la guerra, sustentada en la habilidad de sus jinetes.
En nuestra colección se encuentra el arma característica portada por un soldado de caballería de aquella época.