ARCHIPIÉLAGO

Piezas textiles de María Blanco a partir del diario de guerra de Marcelo Calitri.

Piezas textiles de María Blanco a partir del diario de guerra de Marcelo Calitri.

Piezas textiles de María Blanco a partir del diario de guerra de Marcelo Calitri.

En 1982 el soldado Marcelo Calitri registró sus días y noches en la Isla Gran Malvina, sobre las páginas de una antigua agenda encontrada en un astillero. Un diario íntimo, personal, en el que se condensan la intensidad de la vida en las trincheras, lo cotidiano. Estás páginas demoraron años hasta ver la luz pública, y en especial, hasta llegar, de manera puramente azarosa, hasta las manos de la artista textil María Blanco, quien al verlas se propuso la tarea de transcribirlas al lenguaje textil.

Aguja e hilo además de bordar, son elementos necesarios para coser heridas, para unir mantos. En este caso, sustituyen a la tinta y al papel, fijando, con el pulso que late en las manos de la artista, el recuerdo de la guerra que Marcelo Calitri dejó grabado en las páginas de su diario.

María Blanco construyó esta obra de manera paciente, casi como si se tratara de un ritual, sabiendo que la materia, que el objeto central que estaba pasando por sus manos al momento de bordar, no era otro que el de una vida arrojada al umbral mismo que separa la vida de la muerte.

Antes de realizar esta obra, María Blanco ya había frecuentado el enigma del alma humana en su trabajo con reclusas de una prisión de mujeres, un lugar donde sólo la imaginación y la esperanza son capaces de vencer lo aciago del encierro.

ARCHIPIÉLAGO

Archipiélago reúne un gran bordado del mapa de las islas junto a una colección de 39 pequeñas servilletas individuales en las que la tela cobija los nombres y sobrenombres de los compañeros de Marcelo, historias de la vida en el frente, recuerdos, pequeñas anécdotas de un joven alejado de su casa, enfrentado a la incertidumbre del día a día y con una gran esperanza en el mañana.

Dice María Blanco que bordar es establecer un lazo, una conexión entre la mente y las manos, entre lo intangible del pensamiento y lo concreto que va saliendo entre puntada y puntada que da la aguja. Es entonces ese lazo, ese movimiento que va perforando la tela haciendo aparecer historias, lo que Archipiélago ofrece al visitante, exactamente a 40 años del comienzo de una guerra que se devoró, de manera impiadosa, la vida de tantos jóvenes argentinos.

Curaduría: Caro Urresti

Horario: De martes a viernes de 10:00 a 17:00 y sábados de 11:00 a 15:00

Entrada libre y sin costo